
La noticia de la creación de una Liga de Desarrollo, así como el fin del Ascenso y Descenso a Primera División ha dividido opiniones.
El futbol mexicano vive tiempos difíciles, en plena pausa por la pandemia de COVID-19 fue anunciado el fin de la Liga de Ascenso para convertirse en lo que sería una Liga de Desarrollo, así como la erradicación por 6 años del ascenso y descenso a la máxima categoría nacional.
El tema generó ámpula en los futbolístas, cuerpos técnicos, aficionados y periodistas y, aunque aún no se oficializa por parte de la Federación Mexicana, la filtración de información indica que hasta este momento no hay punto de retorno.
¿Qué pretenden los directivos y la Federación? Convertir la Liga de Ascenso en un torneo donde los jóvenes futbolístas puedan desarrollarse, contando con plantillas Sub23, algo similar a la liga Primera A, donde existían equipos que eran filiales de los clubes de primera división con jugadores que en su mayoría eran extraídos de la cantera, además de algunos futbolístas cepillados, o en el ocaso de su carrera. La gran diferencia con la Primera A es que sí existía el Ascenso y el descenso.
Según los argumentos de los directivos se encuentra el poco interés de los medios de comunicación, la falta de recursos debido a la pequeña cantidad de equipos que disputan el torneo y entradas bajas en la grada. Además, los altos mandos pretenden que la Primera División se posicione, ayudando a las franquicias a tener una estabilidad económica sin preocuparse por la devaluación que representa perder la categoría.
Entre los beneficios que los hombres de traje encuentran en la nueva Liga de Formación es el fogueo de los jóvenes talentos que estarían jugando en las filiales de los clubes de primera división.
Pero ¿Vale la pena arriesgar la competitividad de dos torneos cuando no existe premio para una Liga menor, ni castigo para los equipos que han hecho una mala campaña? ¿Dónde queda el futbolísta que seguramente no encontrará cabida por ser mayor de 23 años? Son preguntas que deberán ser resueltas con el paso del tiempo.
Por lo pronto son varios los jugadores e integrantes de los cuerpos técnicos quienes se han manifestado en contra del cambio de formato, lo que podría significar la extinción del futbol en algunas plazas o incluso, la desaparición de franquicias.