El 19 de octubre de 2018 pasará a los anales de la historia del fútbol mexicano como la fecha en la que por primera vez se empleó asistencia de vídeo para decidir el devenir de una jugada por parte del silbante del encuentro entre Atlas y Verazcruz, Adonaí Escobedo.

Corría el minuto 9 del encuentro cuando Juan Pablo Vigón, mediocampista atlista, cayó en los limites laterales del área grande, el árbitro en primera instancia marcó tiro de esquina. Por el auricular los técnico del VAR le indicaron que revisará la jugada ante la insistencia de los jugadores rojinegros de que había una falta de por medio. Tras cerca de dos minutos frente a los monitores Adonaí Escobedo decidió firmemente que había una falta, por lo que con ímpetu  irreductible marcó penal a favor del Atlas.

Lo risible es que después de las repeticiones proporcionadas por la televisora encargada de la trasmisión del juego, resultaba bastante claro que no existía falta alguna, y que la decisión tomada por el nazareno en un primer momento había sido correcta. De inmediato el medio futbolístico se volcó con fuertes críticas contra la Comisión de Arbitraje, contra Adonaí Escobedo, contra el VAR mismo. Irremediablemente surgió una de las grades interrogantes que permearon la introducción del VAR en el fútbol mundial ¿el VAR daña la esencia del juego?.

Para contestar la pregunta anterior, valdría la pena preguntar ¿cuál es la esencia del fútbol? Si bien el fútbol es al final de cuentas en juego que pretende cumplir funciones lúdicas y de entretenimiento, en donde los participantes y los espectadores disfruten de un momento de esparcimiento. Sin embargo,  la realidad del fútbol moderno se encuentra circunscrita a cuestiones económicas y empresariales en las que la ganancia económica funge un papel fundamental, por encima incluso de los aspectos deportivos. Por lo que la esencia actual del fútbol es la de buscar justicia deportiva para los participantes con el objetivo de no afectar las inversiones económicas de los de pantalón largo involucrados en el negocio del fútbol.

En se sentido, el VAR buscaría disminuir, si es posible eliminar las afectaciones para los inversionistas del juego, que las jugadas sean revisadas con lupa para evitar el error humano que podría condenar a algún equipo a alguna situación deportiva indeseable.

¿Qué hay del fútbol como juego? Sin duda que el juego tiene la función de divertir, por lo que el error humano en ocasiones resulta risible, objeto de risas y señalamientos que le dan un panorama festivo a todo encuentro deportivo. ¿Disminuye el esparcimiento o la capacidad de alegría con la introducción de la tecnología en el fútbol? Desde una perspectiva particular considero que no, claro ejemplo se vivió el día de ayer, cuando el error humano se hizo presente a pesar de las pantallas y la asistencia de técnico especialistas, situación que desencadeno análisis, polémica pero también risas, burlas, parodias, etcétera.

De esta forma, si bien el VAR tiene una intención de reducción de pérdidas económicas para los dueños de los equipos en nombre de la justicia deportiva, la realidad nos enseña que el fútbol seguirá siendo una fuente de entretenimiento en donde especialistas, espectadores, periodistas, arbitros y jugadores seguirán manifestando emociones que no pueden ser controladas por ninguna fuente tecnológica y esa es la esencia de todo juego.