
El momento más esperado del semestre está aquí. Tigres visita a León en un nuevo duelo de líderes, que con un marcador global de apenas 1 a 0, promete una Final abierta con tintes de intensidad y futbol dignos de los que ambos mostraron durante la competencia. La ventaja conseguida por los pupilos de Ricardo Ferretti es suficiente podría ser remontable o lo suficientemente importante para brindarle un nuevo título a la escuadra universitaria.
Con sabores un tanto agridulces, los de Nuevo León están disputando su segunda Final de este semestre, tras haber caído en la disputa por la Liga de Campeones de la CONCACAF, se presenta ante ellos la posibilidad de no solo hacer presencia, sino de también rescatar un campeonato, con miras a coronar un torneo que, dentro de los parámetros del balompié azteca, ha resultado bastante completo.
Pese a los momentos de flaqueza vistos durante el camino a la clasificación, fiel a su costumbre, Tigres se ha vuelto amenazante en el momento importante, recuperando a la mayor parte de sus figuras y pese a lo rocoso que se llegó a tornar su avance frente a Pachuca y Monterrey, el impulso anímico de regresar a una etapa de disputa directa, tras dejar fuera al odiado rival, permiten actuaciones como la del pasado jueves y con ello la ilusión de imponerse ante el favorito.
Por el otro lado tenemos a la revelación de la temporada, independientemente del resultado de este domingo, este equipo dirigido por Ignacio Ambriz ya marcó historia en cuanto a cosecha de puntos para el fútbol mexicano, tras años de mediocridad, hoy los ‘Esmeraldas’ se han vuelto a convertir en protagonistas del campeonato local y son favoritos para dar la vuelta en casa, con un inmueble que pinta para no tener aforo suficiente.
Lo visto alrededor de los últimos meses, es una muestra de lo importante que puede ser, antes de la cantidad, la calidad de los refuerzos. Un trabajo de scouting importante y la sabia elección de los elementos, que, en su mejor momento y aprovechados al máximo por un estratega con la experiencia suficiente, pueden ser detonadores de sorpresas del calibre de lo hecho por José Juan Macías, Joel Campbell y Ángel Mena.
Así como para Tigres es importante el título, para no cerrar el semestre con la amarga sensación de dos finales perdidas, para los de Guanajuato es de relevancia mayor el poder coronar un campeonato de récord e historia como el que han labrado. No solo son los dos que más puntos hicieron, con 41 y 37 unidades, también están entre los tres que más goles consiguieron en la etapa regular, con 41 y 33, los dos con más victorias, con 13 y 11, además de los dos que menos tantos encajaron, con 16 y 16 respectivamente.
Como pocas veces ocurre en el balompié mexicano y por segundo torneo consecutivo, los dos mejores de la competencia serán quienes disputen el trofeo, con estadísticas en su favor y pese a las complicaciones, tenemos la mesa puesta para un espectáculo a la altura y con la diferencia mínima obtenida por Tigres, una cantidad importante de posibilidades para tener al nuevo Monarca de la Liga.