Tras dos duelos de manera consecutiva, la vuelta de los Cuartos de Final de la Copa, significa el final de la rivalidad surgida entre michoacanos y fronterizos.

Tras haberse medido ya en dos ocasiones, el balance apunta a ser desfavorecedor para los pupilos de Pablo Guede, cuyo armado del plantel se vuelve más dudoso con cada jornada que transcurre, la mística aparece solo por momentos y el juego de conjunto, en cuanto a generación ofensiva, no termina de convencer. La tensión se va acumulando y poco se sabe si termine de explotar con un resultado que signifique la eliminación de un certamen por el que se pensaba competir, una vez más a manos del mismo rival.

En una semana donde la polémica se ha adueñado de Morelia, tanto por declaraciones externas, internas y por la situación que viven actualmente en Liga, lo peor que puede suceder es que se concrete el adiós de esta competición, por lo que no hay un mañana, es buscar dar vuelta a como dé lugar; es lo primero, las formas vendrán una vez que regrese la confianza.

Por parte de Xolos, existe un interés especial por volver a dejar fuera a la escuadra michoacana, aunque más que por el oponente, la idea de volver a pelear por la Copa MX en Semifinales y con fortuna poder materializarlo en un título que otorgue fe al proyecto vigente, encabezado por Gustavo Quinteros. Avanzar a la siguiente ronda, de igual forma pudiera fungir como aliciente para mejorar lo plasmado en el semestre y pelear por boleto a Liguilla.

Con un empate y una victoria con dos goles de diferencia, por el momento son quienes se han impuesto en esta serie de duelos, entendiendo las circunstancias de cada cotejo y con el 3 a 1 conseguido en el Estadio Caliente, aguantar la diferencia en el Morelos, con las capacidades que tienen de destruir el juego del contrario, se antoja como una tarea posible, inclusive si hay posibilidad, matar para asegurar la llave.