
Guadalajara, México. – Con un boleto a Liguilla en disputa, Chivas y Necaxa se medirán este sábado en el duelo correspondiente al repechaje, vislumbrando la posibilidad de aprovechar las bondades del contexto local, maximizadas en el Guardianes 2020, para entrar en la lista de contendientes al título. Los contextos, sin embargo, hacen que toda la presión se abalance solamente por uno de los dos bandos.
El paso de las semanas ha dejado un panorama que, entre buenas y malas noticias, ha causado mucha confusión en las expectativas para la afición ‘Rojiblanca’; si bien hay lapsos en los que el juego colectivo parece mejorar, al punto de dejar sensaciones favorables durante el cierre de la campaña regular, los problemas extra cancha, el protagonismo excesivo de ciertos miembros de la directiva, la disminución del cuadro entre lesiones y bajas definitivas, tampoco permiten que veamos a este conjunto como un serio aspirante a trascender esta temporada.
Es necesario decirlo de manera tajante: El Deportivo Guadalajara no ha sido competitivo de manera local desde que consiguieron su doceava estrella. Ese peso de no estar en Liguilla por ya años, adjunto a algunos hechos, como de ser el único de los grandes teniendo que ver actividad en esta fase, todos los problemas que rodean a la institución y el evidente favoritismo que otorga jugar en casa, haciendo de la victoria una obligación, dejan en evidencia el rotundo fracaso que sería quedar eliminado este fin de semana. No hay otra para Chivas, es ganar sí o sí.
Los ‘Rayos’, por su parte, representan completamente la otra cara de la moneda; un equipo con los conocidos limites en su plantilla, prácticamente desahuciado desde muy temprano, que con el relevo de José Cruz en la dirección técnica tampoco pareció tener un cambio definitivo en primera instancia, hoy, en una situación que dentro de cualquier otro sistema de competencia no se daría, tiene todavía una posibilidad latente de competir y soñar con la más grande de las glorias dentro del contexto local.
Con una histórica racha de 5 victorias para finalizar el certamen, el estado anímico en el que llegan es inmejorable. Sabiendo que no pintan como favoritos y que no tienen nada que perder, a diferencia de su oponente para la repesca, los de Aguascalientes se presentan al cruce de las 21 horas con la libertad de ser un caballo negro en potencia, que puede abandonar la intrascendencia a la que se pensaba estaba condenado este semestre, y que incluso, podría llevar a un histórico al borde de un abismo des críticas y dudas.