El Real Madrid mantiene su hegemonía en el fútbol europeo al vencer por tres goles a uno al Liverpool en el estadio Olímpico de Kiev.
Con este triunfo el Real Madrid consigue su tercer título consecutivo, así como su treceavo trofeo en la historia de la competición, fijando una marca difícil de igualar para cualquier equipo europeo.
En un partido accidentado, en donde se destacaron lesiones, errores garrafales y un gol impresionante el Real Madrid logró imponerse al impetuoso Liverpool.
Al inició del encuentro el cuadro inglés mostró un juego agresivo por las bandas que no logró materializarse en acciones claras de gol debido al bloque defensivo que comandó el capitán merengue, Ramos, quién se vio involucrado en una jugada que derivó en la lesión de la la estrella egipcia, Salah. “El faraón” no pudo continuar en el partido, y tuvo que abandonar el terreno de juego al minuto 30, hecho que golpeó anímica y futbolísticamente al equipo inglés.
Al minuto 37, el lateral derecho del Madrid, Carvajal, también tuvo que salir del juego, al resentirse de una lesión que lo aqueja desde hace un par de meses.
Los goles se presentaron en la capital ucraniana en el desarrollo de la segunda parte. El primero del partido fue obra del francés Benzama, quién aprovechó un pésimo despeje del arquero alemán Karius para simplemente tocar el balón y poner adelante al equipo español.
La respuesta del Liverpool llegó minutos después a través de Sadio Mané, quien aprovechó para rematar una pelota en el área chica, precedida de un tiro de esquina.
Cuando parecía que el encuentro era parejo y cerrado, el galés Bale se alzó en medio de la zaga inglesa para contactar un centro de Marcelo y con una impresionante chilena poner al frente al equipo dirigido por Zidane.
Finalmente, al minuto 81 cuando parecía que el equipo de Klopp se iría con todo al frente para conseguir el empate, un error garrafal del arquero Karius acabó con toda esperanza inglesa, ya que ante un potente remate de larga distancia por parte de Bale, el balón resbaló de forma dramática de las manos del arquero alemán, otorgando así el tercer y definitivo gol del partido.
De esta forma, el Real Madrid se consagra como un equipo de época en el fútbol Europeo al conseguir su décimo tercer Copa de Europa y la tercera de forma consecutiva.